Empieza la Guerra Parte 12

La Leyenda de la Unificación
Por Alejandro Echartea


- Puede pasar por aquí –Un anciano abre la puerta de madera de nogal de color rojizo. Espera unos segundos sosteniendo la puerta abierta hasta que la mujer joven que aguarda en la sala de la mansión se pone de pie y cruza por el portal. El mayordomo la sigue y la precede indicando por un largo pasillo hasta el final de una elegante alfombra que termina justo, en otra puerta de nogal.

Las paredes de ladrillo rojo y la escasa iluminación dan al ambiente un tono sepia en las sombras. La mujer, alta, de cabello corto y negro, camina lenta y sensualmente tras el viejo mayordomo, que con un leve caminar, llega al final del pasillo llamando dos veces con los nudillos en la madera de la puerta.

- Adelante. –Se escucha una voz fuerte y segura del otro lado del nogal de la puerta.

El mayordomo gira la perilla y colocándose a un lado deja el camino despejado para la mujer y baja la mirada al pasar esta frente a él. Una vez dentro la mujer, cierra la puerta tras ella y abre la puerta de un armario ubicado al lado de la oficina, saca una silla de madera ornamentada y asiento del color de la sangre, la coloca a un lado de la entrada donde toma asiento esperando la próxima llamada de su Amo.



- Tú debes de ser Eva Mijatović, mucho gusto. –El caballero se pone de pie al ver entrar a la bella Eva a la amplia habitación calentada por el fuego de una chimenea en la pared norte.
Eva avanza grácil hasta el frente del pesado escritorio con mesa de mármol blanco y saluda la fuerte mano del alto hombre de casi dos metros de estatura.

Con un gesto de la mano, el caballero indica a Eva que tome asiento en uno del par de cómodos sillones dispuestos frente al escritorio, al sentarse la vampiresa, el caballero hace lo mismo con su sillón giratorio mientras acaricia inconcientemente con la mano derecha su cerrada barba negra.

- Quiero agradecerle que me haya recibido tan inoportunamente. –Dice con aplomo y serenidad la mujer del pálido semblante y los hermosos y expresivos ojos. –Pero el asunto que me trae no puede esperar más.

- Entiendo… entiendo… -Apoyando los codos sobre el escritorio, el amo de la mansión se acerca un poco a Eva observándola mejor. Sabe que está tratando con una vampiresa nueva, novata, por así decirlo, convertida en 1998 después de haber vivido 6 años en compañía de uno de los vampiros más viejos de los que había oído.- Tengo entendido que tu maestro es Selkirk Dragon Knight, el misterioso, marginado de todos los clanes, según se sabe, luchó en la última cruzada contra Salahdin intentando recuperar Jerusalem con las huestes del rey Ricardo Corazón de León, pero ya en esa época peleaba siendo uno de nosotros, un Nosferatu, nadie sabe de donde viene.

- Así es. –Contesta con una leve inclinación de la cabeza la vampiresa.

- Pero nunca intentó fundar un Clan Nosferatu, ¿por qué?

- Eso es algo que yo aún desconozco, mi señor. –Con sus profundos y expresivos ojos, Eva estudia de la misma manera como está siendo examinada, al vampiro más poderoso de México, el Príncipe de los Clanes Latinoamericanos.

- Es hasta que te encuentra en esa antigua Quinta Romana, en tu natal Montenegro que finalmente decide salir a la luz luego de siglos de haber desaparecido de nuestra comunidad.

El fuego crepita en la chimenea y un brillo de maldad destella en la mirada del poderoso vampiro. Retadora, Eva se cruza de brazos mientras adopta una postura más incómoda en el mullido sillón.

- Precisamente es lo que quiero hablar con usted. –Por primera vez, Eva decide tomar las riendas de la conversación y apoyándose en los brazos del sillón, prosigue.- Me rescató de esa Quinta de las manos del Vampiro de Montenegro justo cuando estaba apunto de convertirme en una más de sus víctimas, esa misma noche me llevó lejos, a los pies del Monte Gorica, donde Selkirk tenía una rústica cabaña…

“No supe como llegamos hasta ese lugar, pero estaba ya amaneciendo cuando desperté en un lugar nuevo y desconocido, al principio me alarmé, ya que recordé el traumático evento que acababa de vivir, pero después, cuando me di cuenta de que estaba bien, me incorporé y ahí estaba él…”

“Un alto y fornido hombre avivaba las llamas de la chimenea, igual que la chimenea de esta habitación, pero esa imagen me quedó grabada en la mente. Instintivamente miré hacia la puerta y vi que esta estaba cerca, calculé el tiempo que me tomaría ponerme de pie e intentar huir de ese lugar, pero cuando volví la mirada buscando al misterioso hombre, este ya no se encontraba allí”.

“Comencé a buscarlo por toda la cabaña, pero simplemente no lo veía, hasta que una voz me habló en mi mente”.

“Puedes irte cuando gustes, -me dijo-, pero antes de irte debo decirte la verdad del por qué estás aquí”.

“Temblando me puse en pie y dije en voz alta, -¿dónde estás, quién eres?-, Sólo tuve que dar un paso atrás para tropezar con él y contestar una de mis preguntas”.

“Estás maldita, -me dijo-, ¿qué? -Fue mi reacción, pero él en verdad entendió que yo quería saber por qué era una maldita, así que continuó”.

“Eres descendiente directa del primer Licántropo, eres hija de Caín, según sus leyendas”.

“Vampiros, Hombres Lobo, siendo del sudeste de Europa de una zona rural yo crecí escuchando historias de esos seres, recuerdo que mi abuelo me contó cuando se salvó de ser atacado por uno de esos seres, y aunque sabía que sólo eran leyendas, de alguna manera yo creía en su existencia, así que me fue más sencillo asimilar la historia y todo lo que me estaba sucediendo. Ahora que lo pienso, de haber sido una persona moderna y racional, creo que vivir esa experiencia me hubiera enloquecido”.

“Existe una leyenda entre esa raza de seres malditos, es la Leyenda de la Unificación, -continuó al notarme más serena-, esta leyenda dice que llegará una descendiente directa de Caín y que unificará a todos los Clanes Licántropos… de este, y de todos los Mundos”.

- Por su expresión le diré que tiene razón, yo era esa descendiente de la leyenda. –Dice Eva al notar la expresión de perplejidad en el rostro del Príncipe Nosferatu.- Pero permítame continuar con mi relato, por favor…

“Para evitar que esa leyenda se haga realidad solamente necesito matar a la descendiente, y esa eres tú, -mi corazón se detuvo en ese momento pues me creía muerta ya-, pero no puedo hacer tal cosa…”.

“El miedo a morir escapó de mi mente pues en su lugar se alojó la duda, ¿por qué? ¿si yo era tan importante, por qué no acabar conmigo estando en esa posición tan vulnerable? Así que sin pensarlo me di la vuelta y lo contemplé”.

“Lo que vi era completamente distinto a lo que recordaba de los cuentos de mi abuelo, pues el ser maligno y espectral que vivía en mi imaginación no concordaba con el que tenía en frente de mi, un hombre alto, fuerte, de cabello muy negro y brillante y la piel palida, blanca con cierto brillo espectral a su alrededor y una oreja de plata, si… recuerdo que fue el brillo en su oreja izquierda lo que más me llamó la atención y me distrajo de la expresión triste de su mirada”.

“¿Por qué no…? -Quise saber, pero él fue contundente con su respuesta”.

“Por que te amo, -me dijo-, he estado tras tu huella por estos seis últimos meses y cada que intentaba dar el golpe mortal, algo me detenía hasta hoy. Hoy que presencié la cercanía de tu muerte y entendí que nunca más te volvería a ver lo supe… yo… yo te amo”.

- ¿Y qué pasó después? –visiblemente intrigado por la historia, el sombrío señor de los vampiros se acerca a la bella vampiresa queriendo saber más.

- Huí de ese lugar, empezó una cacería de Licántropos en la que yo era el premio principal y siempre estaba ahí Dragon Knight para salvarme, hasta que en La Habana, seis años después ya no lo pudo soportar más y decidió pasarme esta maldición, no para tenerme a su lado para siempre, si no para cancelar de una vez por todas la Leyenda de la Unificación. O eso pensábamos.

- ¡¿Qué?! –Exclama angustiado el Príncipe- ¿quieres decir que aún puedes convertirte en la Hija de Caín de la leyenda?

- No, lo que hizo Selkirk estuvo bien, lo que no consideró es que podría existir otra Hija de Caín, y ya apareció.

- ¡¿Y los Clanes Licántropos están…?!

- ¿Unidos?... no, aún no, la Hija de Caín no ha sido convertida, pero al fin se han unido en un solo objetivo, acabar de una vez por todas con todos los Nosferatu y el Clan que consiga exterminar a más de nosotros tendrá a la Hija de Caín para si.

El Príncipe queda atónito ante la funesta revelación, recargado en el respaldo de su sillón recupera el habla para decir:

- Eso lo explica todo… pero… debemos hacer algo y pronto, antes de que sea demasiado tarde.

- ¡Lo sé mi señor, por eso Selkirk me pidió que organizáramos una reunión de los Clanes pero hace unos días que no sé que fue de él!

Observando por unos segundos a su invitada, el gran señor vampiro toma algo que estuvo debajo de su escritorio todo el tiempo.

- Nosotros si sabemos lo que pasó con él –El Príncipe deposita una katana sobre el escritorio manchada de sangre todavía.- Luchó contra una jauría de Hombres Lobo al pie del Ajusco, mis hombres encontraron esto. Creemos que murió en el combate.

No hay comentarios:

Visitas